04 enero 2008

Las llamadas "Villas"

Una de las cosas que más me llamó la atención cuando llegué a Maracaibo fue la gran cantidad de construcciones que había. Pero no se trataba (o se trata, pues sigue siendo presente) de edificios altos o casas particulares... No, señores. Lo que está cundiendo en Maracaibo son las urbanizaciones privadas cerradas, mejor conocidas como "Villas".


La primera vez que ví una dije "¡Oye, qué interesante! Está bien", pero después de esa vino otra, y después otra, y otra más. La verdad es que hacia donde uno voltee se encontrará una Villa (construida o en proceso). ¡Incluso detrás de mi casa hay una! No es que me desagraden esos conjuntos cerrados, pues realmente hay algunas casas muy bonitas (por lo menos por fuera), pero hay algunos puntos sobre los que me parece que hay que llamar la atención.

Estuve discutiendo con varios de mis compañeros, que ya llevan viviendo en esta ciudad un poco más tiempo que yo, y me hicieron ver varias cosas. La primera sería el tipo de construcción que se está haciendo: la mayoría de las villas buscan claramente asemejarse a los townhouses gringos (esas casitas de muñeca bonitas, hechas todas en serie). ¿Qué pasó con la casa criolla, la casa de tejas rojas o la típica casita marabina? ¡Vamos! No es que sea tradicionalista, pero es que esa casa a dos aguas, con una fachada completamente simétrica, de colores blanco y pastel con techitos verdes, resultan -por lo menos a mi parecer- sacadas de algún American dream. No puedo negar que en Venezuela tenemos la costumbre de imitar las cosas venidas de EUA, pero sería bueno algo de iniciativa autóctona.

Desde el punto de vista urbanístico, es decir, teniendo en cuenta la totalidad de la ciudad, el concepto de las villas podría tener resultados negativos: vamos a ver, si bien es cierto que la arquitectura debe responder a las circunstancias del momento y que por razones de seguridad y privacidad las villas son concebidas como urbanizaciones cerradas con uno o -a lo máximo- dos accesos, esta producción en serie de "burbujas urbanas", herméticas y exclusivas (como le encanta decir a los publicistas) le resta continuidad a la trama urbana. Es decir, que si quisiera visitar a algún familiar o amigo que vive en la urbanización de al lado, no podría hacer un recorrido directo sino que tendría que salir de mi urbanización, probablemente caminar o manejar un buen tramo en una vía expresa, y entrar en la villa de la persona en cuestión, con sus respectivas gestiones con el vigilante de turno.

En total, estaría haciendo un recorrido del doble de la distancia porque no existe una calle acera o puertica en la pared que comunique una villa con la otra. Esto es un caso particular, claro está...

Pero no se trata sólo de la practicidad a la hora de visitar a un pana, sino en el momento en que todos salen de sus casas para ir al colegio o al trabajo. Conozco de casos en los que se forma embotellamiento para salir de la urbanización... No quisiera saber lo que ocurriría en casos de emergencia...

Bueno, esto es sólo parte de las cosas que salen a relucir en las conversaciones que tengo con mis amigos y profesores en la universidad. Cabe decir que no sólo hablamos de las desventajas y los desaciertos de las Villas... También hablamos de las desventajas y desaciertos de otras construcciones, jeje...

Ciertamente el boom de urbanizaciones privadas cerradas también ha traído cosas buenas: se prueban nuevos estilos, se ofrece una alternativa contra la inseguridad, se fomenta la convivencia en vecindad, etc. En realidad no podemos juzgar todavía si la construcción de villas es un cáncer urbano o un nuevo y mejorado estilo de vida. Quizás cuando tengamos la perspectiva del tiempo y miremos atrás, sabremos si hemos hecho bien.

No sé qué piensan ustedes...